Hoy os vengo a narrar una historia en parte bastante reflexiva saliendo completamente de la temática que llevo a cabo en este blog.
La historia es tal que así:
Había un ciego sentado en la vereda se veía que llevaba mucho tiempo ahí, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:
"POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".
Una vez un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Este sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas.El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que reescribió su cartel y sobre todo, qué había escrito. El publicista le contestó:
"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras".
Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía:
"HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA"
Con esta historia solo me gustaría hacer reflexionar sobre los actos de algunas personas, he ahí, cuando algo no nos sale, la clave estaría en cambiar de estrategia, probar cosas nuevas no tiene porqué ser malo, como dijo el gran Albert Einstein en su tiempo: "Si hace lo que siempre ha hecho, obtendrá los resultados que siempre ha obtenido"
Sí, este tema os parece bastante obvio ¿verdad? Pues sí, lo es, tan obvio que se nos olvida...
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