lunes, 5 de octubre de 2015

Almas sin bautizar

El pecado original. El fallo de aquellos que en un tiempo pasado fueron lo suficientemente egoístas para marcar a toda una raza de un castigo divino. Un simple mordisco en una manzana obliga a todo ser humano a ser purificado nada más nacer, a pesar de no haber hecho nada a conciencia. Un pecado primigenio que debe ser borrado del alma de todo aquel recién nacido a pocos meses de su concepción. Todo ello debido al miedo de vagar eternamente por un mar de blancura y nada.
El limbo es la ausencia de la vida, un punto intermedio entre el cielo y el infierno. El limbo es el lugar en el cual las almas de aquellos impuros vagabundean durante milenios, un lugar que podemos definir como un castigo amable. El alma de un poeta vive en un estadio parecido al limbo, obligado a vagar entre versos de desazón y desconcierto. 

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